5.9.11

cuando sientes que vuelas...

Y entonces sentí que me envolvían mariposas azules y diminutas, suaves como la seda, mariposas traviesas que me cosquilleaban  en el corazón, que aceleraban mi pulso y me empujaban al vació, a un lugar donde todo esta en juego, arriesgas la vida, el alma, y el corazón, donde cada decisión mala te rompe un pedazo de sueños, donde nunca estas solo.
Una tarde lo deje todo por el, con el temor en la cara, en un banco del parque yo y mi imaginación esperamos mientras mi corazón se volvía loco, imagine mi pecho de porcelana y que en un latido se quebraba y mi sangre ardiente brotaba sin control y se enfriaba de pronto sobre mi piel… media hora mas tarde…temía que la ilusión me nublase la vista y que me volvieran a partir el corazón.
Pisaba primero las baldosas negras, luego las blancas y así se hicieron las siete. La Decepción apareció en mi cabeza cada vez con letras mas grandes hasta que me apretaron tanto que consiguieron sacarles a mis ojos una única lagrima contenida con todo mi esfuerzo… Echaba de menos las estrellas, en su lugar las farolas de la calle.
Finalmente sentada en el suelo a punto de salir corriendo una figura lejana y oscura para mis ojos llorosos se acercaba. No me moví, quería permanecer firme aunque estuviese temblando por dentro de nervios, furia… ya estaba a  tres metros y estaba a punto de llorar, se le veía en los ojos y me dijo “Lo siento”. Las 8, Me levante y lo abrace lo mas fuerte que mis enclenques bracitos me permitieron, “no pasa nada, has venido”. Tras esto y la explicación de su tardanza llegó por fin uno de nuestros eternos besos  y nuestras sonrisas de sueños  y miradas que atraen a las mariposas. Y juntos supimos que podríamos volar.


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